Después de quedar encantados con el toque mágico de los Países Vascos, continuamos con la ruta del Noroeste hacia la capital de la Cantabria. Santander, un activo puerto ubicado cerca de la boca de una bahía, nos recibe con su animada vida universitaria y cultural, además de ilustrarnos cómo pudo haber sido la vida veraniega de la familia real. Lo anterior lo logra a través de su gran Palacio de la Magdalena, con influencia inglesa, el barrio El Sardinero, playa de veraneo de la reina Isabel II, y otros grandes monumentos que simplemente se tornan majestuosos.