Estando ya en la Cantabria, resultaba imprescindible dirigirse hacia las cuevas de Altamira, un paraíso maravilloso para los aficionados y no aficionados al arte rupestre. En el municipio de Santillana del Mar, se abre un pequeño atajo que conduce directamente al magnífico museo que muestra una reproducción exacta de las cuevas descubiertas en 1879, donde conocimos las bellas pinturas y símbolos de más de 22,000 años de antigüedad. Un espectáculo realmente sorprendente.