En la frontera entre Cantabria y Asturias, se realza una espectacular cordillera conocida como Los Picos de Europa. Lamentablemente no pudimos adentrarnos en ella, sin embargo, fue al ras de la carretera que pudimos advertir aquellas hermosas cumbres recortadas, antes de arribar a nuestro próximo destino. El principado de Asturias tiene lengua propia y en su apreciable entorno rural, se cultiva la manzana para la elaboración de su ya tradicional sidra, que sirven sin mirar y a distancia, dejándola caer desde lo alto. La degustación de tal actividad, fue posible llevarla a cabo en la mayor ciudad de la provincia, Gijón. Se trata de un puerto industrial reconstruido tras la Guerra Civil, cuyo casco antiguo nos revela la arquitectura neorrenacentista de su Plaza Mayor, con torres y almenas. Un verdadero paraíso gastronómico entre callejuelas, iglesias y termas romanas situadas en el corazón de esta gran ciudad antigua.